El chupón
Desde su paso por festivales, La Noche (2016) es el film del que todos hablan, por la crudeza de sus imágenes, por la audacia del actor y director (Edgardo Castro) de hacerse cargo del personaje principal; por el registro tan real de la vida nocturna en bares, albergues transitorios y clubes nocturnos que solo podría ser puesto en escena por alguien que haya transitado una experiencia similar; y, por sobre todo, animarse. A su vez, el final. Uno de los mejores finales que haya tenido un film nacional en estos años.
La Noche es la opera prima de Castro, quien también interpreta a Martín, un solitario que deambula por la noche de Buenos Aires exponiéndose a todo tipo de excesos, desde aspirar cocaína a mansalva en baños y pasillos de boliches, hasta buscar sexo casual por cuanto lugar transite. Martín es un alma perdida en la ciudad de la que poco se conoce sobre su actividad diurna, ni siquiera sobre su pasado. Está ahí, sin iniciar ningún tipo de búsqueda sino un recorrido.
Si bien extrema en el contenido de carácter sexual que imprime a partir de los minutos iniciales, La Noche no debe verse como un film que solo busca recrear escenas ardientes con el objeto de provocar; tienen un sentido de realismo poco visto y no es comparable con el trabajo de otros directores como Gaspar Noé, cuya utilización coreográfica de escenas de sexo tienen una intención implícita de mera transgresión.
Se suele comparar al film de Castro con el cine de José Celestino Campusano, aunque el registro es otro. El de Campusano, como lo indica el nombre de su productora, es un cine bruto. Lo de Castro, fuera de sus planos secuencia y de su realismo, es un tanto más cuidado y, de hecho, emotivo. El desenlace hacia el que converge este relato de andanzas descoloca, porque se espera que transcienda como en toda épica, un surgimiento y eventual caída, cuestión que no sucede y permite embelesar al film con una charla de bar entre dos personajes que inicialmente consideramos de la fauna nocturna salvaje y resultan ser dos Bambis.
La Noche es una marca que quizás se vaya dentro de unas semanas, pero de la que nunca nos olvidaremos.