El fantasma nupcial soviético
Svyatoslav Podgayevskiy es un director ruso que viene haciendo sus pinitos dentro del cine de terror desde hace un par de películas. El también escritor y editor suele moverse dentro de los límites de los espectros y lo sobrenatural como base para contar historias. En La Novia (Nevesta, 2016) nos cuenta un relato “basado en hechos reales” -algo que quien escribe no pudo verificar en ningún lado, léase: Internet- jugando con el mito y las leyendas rusas para asustarnos con una historia de fantasmas.
Durante los albores del daguerrotipo, allá por el siglo XIX, un fotógrafo da origen accidentalmente a un vengativo espíritu mientras intentar resucitar a su futura esposa. Ahora en el siglo XXI Vanya (Vyacheslav Chepuchernko) decide llevar a su prometida Nastya (Vicoria Agalakova) de viaje a la tierra de sus ancestros para hacer una suerte de presentación ante la familia, quienes casualmente son descendientes del malogrado fotógrafo. A medida que los días avanzan en la antigua casona, Nastya irá conociendo el oscuro secreto de la familia de su futuro marido y el poder de la presencia maligna en cuestión, producto de una maldición que parece imposible de romper.
La alternancia de la historia entre el siglo XIX y la actualidad le suma varios porotos a nivel producción, logrando una estética que con mucho esfuerzo logra subir el nivel del film en comparación con productos similares. El encanto de lo que se cuenta como parte del folclore soviético y las tradiciones de una cultura llena de particularidades son un toque de distinción para una película perteneciente a un género donde no abundan las ideas frescas, si bien al acercase al tercer acto caer cada vez más en ciertos vicios propios del terror contemporáneo. La belleza de Agalakova capta la atención de todos en cada secuencia y demuestra que puede llevar sobre sus hombros el peso de la historia de manera interesante.
Víctima de una lógica interna que se va desgastando escena tras escena y la aleja del buen impulso inicial, La Novia es una película que al menos hace el intento de entrarle por otro flanco al remanido subgénero de la historias de fantasmas, aunque el resultado no es mayormente satisfactorio.