Efectiva propuesta de género
Aunque su estética y narrativa no son muy originales, La novia logra entretener y, por momentos, asustar (lo cual parece básico para una película de terror, pero en muchos casos no sucede). Basándose en una tradición rusa de fotografiar a los muertos con ojos pintados sobre sus párpados para conservar su alma en el negativo, la trama se centra en Nastya, una joven universitaria que viaja con su flamante esposo a conocer a la familia de éste. Al llegar a la casa en el campo se encuentra con un clima enrarecido y sus nuevos familiares políticos se comportan de forma extraña. Pronto se develará que esconden un secreto que pone a Nastya en peligro.
Además de inspirarse en esta peculiar y antigua práctica rusa, el guionista y director Svyatoslav Podgayevskiy, trabajó con tópicos clásicos del terror: una casa dónde pasan cosas extrañas, la oscuridad como espacio en el que habita el horror, muertos que vuelven a la vida convertidos en seres violentos y vengativos, ritos espantosos que se repiten de generación en generación. Todo esto ya se haya visto en muchas otras películas del género y el film tampoco tiene una puesta en escena que resulte novedosa, pero mantiene el interés de la forma más sencilla posible: contando de manera efectiva una buena historia que despierta la curiosidad del espectador por saber qué va a pasar después, aunque lo que finalmente sucede no sorprenda demasiado.