Para muchos argentinos ajenos a la arquitectura, El hombre de al lado significó una puerta de entrada a la obra de Le Corbusier. Aquella mordáz mirada sobre el mundo del arte y el diseño tenía como escenario a la Casa Curuchet, única construcción en Latinoamerica del arquitecto suizo, que con su estructura vanguardista cobraba relevancia como un personaje más del film.