Está anocheciendo y ella camina por la banquina de la ruta. Se escucha su respiración cortada por el frío, sus pasos y ese crujido. La bocina del auto que la está siguiendo. En un minuto ya sentimos el frío que siente Paula, no sabemos qué está pasando, pero tenemos la certeza de que vamos a seguir mirando, porque esos minutos son suficientes para atraparnos.