Se presenta como un documental esotérico de Leandro Bartoletti. El realizador detalla que la película es el resultado de una autogestión, resultado de cuatro años recolectando testimonios, experiencias, intervenciones callejeras y ceremonias de un grupo de iniciado en el esoterismo. Así es como muestra la llamada Abadía Aurea y los integrantes de este grupo que, de manera un tanto hermética, cuentan los misterios de sus creencias. En ese caserón gótico se registran rituales y performances. Con el fundador de este emprendimiento y un registro entre dramático y lúdico, se da a conocer la búsqueda espiritual de un grupo que asegura tener el pasaporte hacia otra comprensión de la realidad. Un trabajo curioso, efectista y con un trabajo visual atractivo, aunque su contenido quede para iniciados en las llamadas artes oscuras.