Abril intenta darle un sentido a su vida. Abandona el teatro del mundo y la representación que la rodean y viaja para encontrarse (o perderse) a sí misma impulsada por un romance de final incierto. Pasillos de hotel, autos desconocidos, robos en la oscuridad, son la hoja de ruta para un viaje incierto, de encuentros y desencuentros, que se construye en los bordes entre la ficción y la subjetividad.
En esa búsqueda hacia su propio conocimiento su percepción se modifica, su piel se transforma hasta convertirse en otra piel.