El mundo competitivo de la tele, donde los protagonistas de mucha vacuidad y competencia, pelean codo a codo por sus minutos de fama y de canjes, con un individualismo exacerbado y egos explotados. En ese mundo, un tanto resumido con trazo grueso, pero con una mirada punzante e irónica el director y coguionista Maximiano Gutiérrez, (en la escrituran están Gonzalo Salaya, Azul Lombardía y Jorge Maestro) construye con mucha eficacia y sentido popular un policial negro que da pasos seguros desde el principio hasta el final. La idea fue cubrir cada papel con figuras muy famosas, como el caso de Soledad Silveyra como una productora implacable, o Diego Reinhold como un panelista más. O Gonzalo Valenzuela, José Luis Gioia o Diego Ramos. Todos reconocibles y detectables. Pero el trío protagónico está compuesto por Florencia Peña con un personaje muy bien construido, impávido y letal al mismo tiempo, Campi con un rol bien definido que lo muestro en un registro poco habitual a su conocido humor, y Favio Posca. El suyo es un rol con pocos matices pero el actor sabe darle un toque feroz muy a tono. Una comedia popular, destinada al gran público, que mezcla competencias varias con cadáveres que avanza con una buena progresión y es en definitiva un buen entretenimiento.