Los problemas de la televisión de hoy en día y hasta los sucesos “bizarros” que ocurren allí son llevados a la pantalla grande con mucho humor – negro por momentos – en “La Panelista”, la nueva película de y dirigida por Maximiliano Gutiérrez.
La película nos mete de lleno en el día a día como panelista de Marcela Robledo (Florencia Peña) en el programa que conduce Chiqui (Favio Posca). Ella no resalta en el programa, se caracteriza por su carisma y simpatía, y espera su día de suerte hasta que, finalmente, llega.
Marcela se convierte en dueña de una primicia que con solo decirla puede lograr que tanto su carrera como su vida den un giro de 360°. Claro que toda esta situación tiene un trasfondo bastante complicado ya que la protagonista pondrá en juego más de lo que debería, cruzándose en su camino a la fama con varios personajes y conflictos.
Con respecto a las actuaciones, la fusión de Favio Posca y Campi fue lo mejor que tuvo la película. Cada uno logra mucha empatía con cada una de sus participaciones, siendo fieles a los personajes, logrando impactar con su propio sello. Ambos dan su propio “toque” y eso se disfruta desde la platea. Además, el guión los ha favorecido con grandes momentos y eso fue muy enriquecedor. Por el contrario, siento que el guión no ayudó 100% a que Florencia Peña se destaque a nivel actoral más allá de contar con un divertido personaje
A través de una escenografía sencilla y acorde a la temática, en “La Panelista” podemos disfrutar de una divertida historia que no pierde el hilo en ningún momento y entretiene. Admito que me hubiera encantado si se desarrollaban en profundidad otros personajes como el de la talentosa Soledad Silveyra.
Invito a que vayan al cine a disfrutar de esta nueva apuesta del cine argentino para reírnos de nuestra televisión. “La Panelista” es una película que mantiene al espectador atento y expectante a todo lo que sucede y que, sin dudas, hace reír al público gracias a las elocuentes comparaciones que podemos hacernos en nuestra imaginación al pensar nuestra televisión actual. Cualquier similitud con la realidad no es pura coincidencia.