Mientras las primeras protestas callejeras amenazan peligrosamente la continuidad del gobierno militar, se corre la noticia de que un adolescente huérfano de 14 años llamado Miguel Ángel puede ver y hablar con la mismísima Virgen María. Rápidamente su rostro sufriente es reproducido en todos los medios y en pocas semanas, cientos de miles de personas peregrinan hasta Peñablanca, el poblado en el que vive, a participar en ceremonias donde profecías, estigmas, levitaciones y curaciones milagrosas son parte de la rutina habitual. Vista la amplitud del fenómeno, la Iglesia decide intervenir y envía a un sacerdote para que investigue las apariciones. El elegido, un jesuita que carga desde hace años con una profunda crisis de fe, verá confrontadas sus certezas y dudas con algo que a primeras luces parece una manifestación divina. Por su lado, Miguel Ángel ha comenzado una drástica transformación pasando de un tímido adolescente a un caprichoso dictador que manipula el entorno a su favor. Finalmente, el sacerdote logra descubrir una oscura operación de inteligencia, haciendo que la Iglesia prohíba oficialmente el culto a la Virgen de Peñablanca. Como consecuencia, el gobierno deja al muchacho a su suerte. Por más que trata de mantener su sitial, Miguel Ángel no puede evitar sufrir un derrumbe bíblico: es humillado, abandonado y exiliado.