Un ex boxeador humillado hace tiempo se entera de que tiene un hijo. Y que el padrastro del niño es otro boxeador. Lo bueno de la película es que no hay villanos, que está filmada con buen gusto, que los actores, casi todo el tiempo, parecen seres humanos reales. Lo malo es que plantea una situación compleja que resuelve de modo simplista. Sin embargo, es un buen ejercicio en cine de entretenimiento. El 3D suma un poco, pero no tanto: aún hay mucho que aprender en ese campo.