Este filme ensayo del realizador, crítico e investigador toma materiales y escenas viejas películas argentinas abandonas o inconclusas para contar una suerte de historia oculta o paralela del cine nacional. Va los domingos a las 18 en el MALBA.
El multifacético Leandro Listorti (LOS JOVENES MUERTOS) combina en LA PELICULA INFINITA dos de sus pasiones cinéfilas: la investigación sobre material de archivo y la realización cinematográfica. A partir de ese found footage que tiene como característica principal proceder de películas argentinas inacabadas o no estrenadas, Listorti crea un rompecabezas que es a la vez un collage y una historia sobre un cine que no fue.
Desde la malograda ZAMA, de Nicolás Sarquis, a proyectos iniciáticos de Martín Rejtman, Mariano Llinás y Agustín Mendilaharzu, pasando por imágenes de películas desconocidas y cuyos títulos se revelarán sobre el final (la verán allí a una muy seductora Isabel Sarli), la película de Listorti parece plantear casi una coda o una breve historia alternativa del cine argentino armada a partir de retazos, sobrantes, todo aquello que fue filmado y que, por distintos motivos, no llegó a verse en la pantalla. Imágenes que muestran que bellas escenas o grandes momentos no siempre necesitan una historia clara que los acompañen y que miles de ellos yacen perdidos en ese limbo de las películas que no fueron.
Listorti no trata de armar una falsa trama que las conecte ni intenta organizar los planos en función de temáticas o figuras visuales específicas, sino que dedica su tiempo a cada una de ellas (Rosario Bléfari hace un curioso tour de force actoral con asesinato a quemarropa y todo) y permite que el espectador complete lo que, supone, allí puede faltar. Impacta, sin dudas, ver algunos planos de ZAMA, de Sarquís, especialmente luego de ver la de Lucrecia Martel. Si uno se deja que su imaginación viaje a partir de lo que sugieren esas escenas no es difícil pensar que estaba allí también el germen de otra gran película.