Solo, en un teatro parisino tras un día de audiciones de actrices para el rol protagónico de su nueva obra, Thomas se lamenta por el pobre desempeño de las candidatas. Nadie tiene la actitud necesaria para el papel principal y se está preparando para irse cuando aparece Vanda, un torbellino de energía desenfrenada. Vanda encarna todo lo que Thomas odia. Ella es vulgar, despistada y no se detendría ante nada para conseguir el papel. Thomas le permite tener una oportunidad para audicionar y con asombro ve la metamorfosis de Vanda. No sólo asume accesorios y disfraces, sino que también entiende perfectamente el personaje y conoce cada línea de memoria. Mientras que la ” audición ” se extiende y se duplica en intensidad, la atracción de Thomas se convierte en obsesión...