Vamos con una reseña al tuntún, porque para hablar de Almodóvar viene bien. Y no porque no me guste eh.
La piel que habito es rara.
Es piel y es sentir. Separados una cosa de la otra.
La piel que habito es coloridamente Almodovariana. Pero esta vez están un tanto oscuros sus colores fuertes, gracias a la historia algo macabra.
La piel que habito habla del ser, de quién se es, se aparente lo que se aparente. Almodóvar y su obsesión por el tema sexual, homosexual, transexual, y sus derivados.
La piel que habito, no es un Thriller a mi parecer. Ni es una historia de amor tampoco. Es un cuento de seres enfermos que conviven enfermamente.
La piel que hábito, como otras pelis de Almodóvar, me dan la sensación de un jaque de ajedrez, su revés es certero, apela a la mezcla para conseguir ese agridulce que nos deja sin saber de que costado pararnos. Ese sabor agridulce de mirar algo que justamente ni es venganza, ni es amor, ni es odio, ni es nada, y es mucho de todo a la vez. Ese a cuestas de cada personaje. Esa cosa intensa en su hacer. Ese saberlos enfermos, sufrientes y victimarios. De saber imposible el relato. Y aún así ponerse a pensar. Una locura de película. Bien armada. Y con una música exquisita. Un final, de locos, como toda la peli.