Una plegaria por un buen cine de género nacional
"La plegaria de un vidente" es la nueva apuesta de nuestra cinematografía nacional que desde siempre ha pedido a gritos por la incursión en el cine de género. En este caso, se trata de un policial negro con reminiscencias al género fantástico donde lamentablemente aunque desearíamos estar ante una buena película, nos encontramos con una historia llena de baches, clichés y tramas confusas. En donde los personajes parecerían estar más concentrados en decir frases misteriosas y profundas que en resolver el caso.
Desde el comienzo ya todo denota falsedad e impericia. La forma en que se narran los acontecimientos demostraría que sólo se preocupan en el desarrollo de las escenas como hechos independientes y no como piezas fundamentales para el armado de una buena historia. Por ejemplo, a la mitad de la película el protagonista comete un enorme error que podría perjudicarlo considerablemente. No sólo después no tendrá consecuencias ni leves o mayores, sino que además el tratamiento de la misma es tan sobredimensionado que tranquilamente podría ser el climax de la película.
Su triángulo de investigadores compuesto por un vidente, un comisario y un periodista son los únicos que por lo menos presentan indicios de desarrollo en sus personalidades. El resto de los personajes de la película son completamente banales y unidimensionales. El protagonista anti-héroe, un famoso policía cuya primera acción en la película es la de beber de su petaca de alcohol para demostrar sus desgracias, por lo menos tiene algo diferente que lo acerque al espectador. Por otra parte, el vidente posee la maldición de ver futuros crímenes y, por lo tanto, vive solo y atormentado. Mientras que el periodista (el peor personaje de la película), describe con una innecesaria y torpe voz en off los diferentes aspectos negativos de la sociedad y sus protagonistas.
Tal vez el mayor problema de la historia sea el vidente y toda la cuota de misticismo que este personaje le impregna a la película. Incluso la importancia de su participación en el relato nunca termina de ser concreta o verosímil. Encima, sus visiones son muy confusas y no presentan ningún tipo de progresión. Continuamente se repiten las mismas imágenes de las cuales no se entiende nada.
Un logro que posee la película es su indudable capacidad de generar ambientes. El espacio en donde se mueven los personajes son oscuros y opresivos. También la fotografía, a pesar de no tener un registro constante, aporta lo suyo con una iluminación de muy fuerte contraste.
"La plegaria del vidente" tiene como mayor logro invocar en el espectador argentino su deseo de que el cine nacional incursione en géneros a los cuáles no lo tiene acostumbrado.