Esperabamos este film con bastante expectativa. La verdad es que la industria nacional, gira siempre sobre tópicos y géneros similares, con lo cual la llegada de "La plegaria del vidente" genera algún revuelo. Históricamente no generamos thrillers ni films noir con todas las de la ley en estos tiempos (en los 80 si, recuerdo), es como si no estuviese en nuestro ADN "cinematográfico" (por decirlo exageradamente), cosa que no sucede con los dramas, por ejemplo. Por eso, esta producción de Gonzalo Calzada es una película necesaria. Más allá de su acabado final, la intención por transitar un camino arriesgado y el enfrentar escenarios no tan convencionales para nuestro cine, es absolutamente valiosa.
La historia es la de un asesino serial que comete sus crimenes contra prostitutas en una ciudad balnearia. Partiendo de la novela de Carlos Balmaceda, finalista del premio Planeta sobre "El loco de la ruta", tenemos una ficción que juega con las aristas abiertas de uno de los casos más memorables de la historia criminal en los 90'.
El héroe que responde a los cánones del género es el Vasco (Gustavo Garzón), detective comprometido con la tarea pero alcohólico y en una mala etapa de su vida, quien se topa con un primer cuerpo (una mujer de la calle estrangulada) que lo sorprende a pesar de ser un veterano del sistema. A poco de comenzar a transitar la investigación, iremos conociendo a un cronista de policiales (Riveros) y a un vidente extraño (demasiado, Mauro) quienes desde su propia visión de los hechos, comenzarán a recibir indicios de lo que puede estar ocurriendo, como antesala de la siniestra secuencia de muertes que se aproximan. La cuestión será ver si este sádico trabaja solo, o si hay una organización detrás que lo ampara, o de la cual forma parte...
Muchas pistas, demasiada saña con las víctimas (cada cuerpo que aparece aumenta la tensión y fortalece los miedos primarios de manera ostensible) y una red que camufla los movimientos del posible criminal encuadran una intriga digna, bien planteada (mejor fotografiada) y relativamente conviencente de Calzada, el hombre detrás de las cámaras.
Desde ya, contaba con un cast de lujo: Rodolfo Ranni (volviendo a corporizar esos fantasmas ochentosos que permanecen intactos!), Juan Minujín (cineasta y protagonista de "Vaquero"), Vando Villamil y la siempre vigente Mimí Ardú, todos sintonizados en la dirección correcta. Es cierto que en algunas secuencias, (sobre todo las persecuciones), el montaje no nos cerró tanto, así como tampoco la sobreabundancia de pistas que se van desplegando de una manera que ni Adrián Paenza podría decifrar pero, eso no quita méritos a esta "Plegaria del Vidente", sabemos que se hace camino al andar. Es natural que probando se encuentre el camino adecuado.
Quizás ustedes encuentren el resultado final del film lejos de los estándares americanos del género. Pero recuerden que si esta propuesta "prende", muchos más directores y productores locales se sumarán a la movida. Este cronista (que ve mucho cine nacional), está feliz de que rompamos con los dramas y atendamos a los intereses de un público ávido por otro tipo de propuestas. Apostemos a ello.