Naufragios, leyendas marítimas y todo tipo de misterios relacionados con las embarcaciones son algunos de los temas más interesantes que podemos pensar para tener en un film de terror. Si a eso le sumamos la presencia de grandes actores como Gary Oldman («Darkest Hour») y Emily Mortimer («The Bookshop») están dados todos los condimentos para tener, por lo menos, un film entretenido. No es el caso de «La Posesión de Mary» («Mary»), que desperdicia todo el talento involucrado en una trama genérica con espíritu Clase B que incurre en jumpscares de manual, situaciones sin explicación y momentos involuntariamente absurdos.
La historia gira alrededor de David (Oldman), un navegante que decide separarse de su empleador para abrir su propio negocio de transporte marítimo. Es por ello que decide invertir el dinero que ahorro con mujer, Sarah (Mortimer), en un pequeño y viejo navío que esconde un terrorífico secreto en su interior. El problema es que tanto la pareja como sus hijas descubrirán la maldición que esconde la embarcación una vez que el buque se encuentre mar adentro.
El director, Michael Goi, proveniente de la dirección de fotografía, y solo oficiando como realizador de series como «Nashville» y «Swamp Thing», no logra hacer pie en este pequeño relato de bajo presupuesto donde nada tiene sentido ni justificación aparente. La leyenda es comunicada mediante un poema marítimo introductorio en el comienzo del film y luego no es retomada de ninguna una forma, muchos aspectos deben ser imaginados por la audiencia y la misma nunca llega a empatizar del todo con los personajes. Muchas escenas parecen una serie de acontecimientos inconexos sin relación aparente.
El ritmo narrativo que lleva la cinta es de lo más dispar, alternando entre los fatídicos acontecimientos y el presente donde el personaje de Sarah es interrogada por una oficial de policía.
Oldman y Mortimer hacen lo que pueden con un material bastante pobre y muchas veces sus interacciones parecen vacías y exageradas. Sus intentos por mantener al largometraje a flote son en vano ya que el guion está muy por debajo del potencial de la obra y su puesta en escena.
«La posesión de Mary» es una de esas películas en las que uno espera un entretenimiento efectivo por todo el talento involucrado pero se lleva una desagradable sorpresa al encontrarse con una historia poco inspirada y paupérrimamente ejecutada. Un thriller insulso que no se salva del naufragio.