Uno imagina que un actor tan importante y prestigioso como Gary Oldman luego de ganar el Oscar por Darkest Hour iba a ponerse selectivo con los proyectos a filmar. La realidad es que no, más bien lo contrario. Luego de interpretar a Winston Churchill el actor hizo de todo. Una docena de proyectos que incluyen cine, televisión y videojuegos. Todo en dos años de trabajo y con varios proyectos sin terminar pero en camino. Tal vez no sea tan malo, a veces es mejor no tomarse tan en serio y buscar proyectos de bajo perfil. Pero bajo perfil es una cosa y bodrios sin remedio es otra muy diferente. La posesión de Mary era un proyecto que iba a protagonizar Nicolas Cage pero que finalmente terminó en manos de Oldman. Cage hace rato que se pasó al prolífico campo del cine berreta y si este proyecto estaba en su agenda ya era un motivo para desconfiar.
La posesión de Mary es un film de terror con varias ideas interesantes pero sin que ninguna consiga un buen resultado. La película arranca con los gritos de una mujer en un barco en medio de una tormenta. Ha sobrevivido al desastre pero la policía la entrevista porque hay algo no les cierra. Ella (Emily Mortimer), que desea ver nuevamente a sus hijos le cuenta toda la verdad la Detective Clarkson (Jennifer Espósito) que la interroga. Pero le advierte que la historia es difícil de creer. Junto con su marido (Gary Oldman), meses atrás, han comprado una embarcación que apareció sin tripulación. La nave está en mal estado pero David es un navegante experimentado y el barco le recuerda a su padre y a su propia infancia. Por eso Sarah acepta la locura y apoya a su marido. Lo compran y lo restauran, pero cuando salen a navegar comienzan los problemas. El barco Mary tiene un secreto y un espíritu maligno que los llevará al desastre. No solo ellos dos estarán en riesgo, sino principalmente sus dos hijas.
La casi ausencia de efectos especiales de terror es el único mérito que puede destacarse de esta película. El lujo de la pareja protagónica es excesivo y no se justifica. Es poco lo que los actores pueden hacer aquí para salvar la historia. El suspenso arranca bien arriba pero se va apagando y el desenlace es de una pereza absoluta. Todo empeora en esta película insólitamente mala si uno tiene en consideración el lujo actoral que posee.