Ver una película implica determinadas condiciones que se reproducen por un espectador que nunca es pasivo ante lo que contempla, debido a esto también es que dependiendo del género se susciten diferentes emociones. Si el cine se configura ante nosotros como un espejo, no es ilógico que el terror nos afecte de una forma que nos parezca real en virtud de cómo uno logra identificarse con cierto personaje; y esto va más allá cuando se trata de una historia verídica, porque lo veraz de nuestras sensaciones pasa a otro orden. La posesión de Verónica se basa en el único caso en la historia de España en que los expedientes del cuerpo policial corroboran la existencia de una fuerza paranormal, lo que durante 100 minutos se mantiene como una aguja penetrando los miedos más grandes del espectador.