La de terror de la semana viene de Sudáfrica. En Ciudad del Cabo, unos ladrones organizan el robo que les cambiará la vida, una serie de diamantes de una oscura mansión. Pero cuando entran, allí hay una mujer extraña a la que secuestran y tratan con crueldad y dureza. No se entiende bien el porqué de nada, excepto por el hecho de que son así de violentos. Y porque el secuestro sirve para pedir un millonario rescate. La posesión parte de una buena idea: la víctima es en realidad el verdadero peligro. Esa chica de ojos rojos es así de extraña porque, sí, está poseída por el demonio. Una posesa rocker. Hay una puesta algo torpe, efectos de sonido machacones y una narración apurada, pero cuando las cosas se pongan pesadas para ellos, entre seres con lenguas gigantes y muertos vivientes, también unos buenos sustos.