La noche festiva donde la joven y bella madre de Bruno es elegida en esa (ridícula) competencia al voleo que consiste en elegir a “la madre más bella”, ese niño en cuestión se encuentra notablemente ofuscado y fastidiado, sentado en su silla mientras se ve forzado a contemplar toda la ceremonia que tiene como protagonista principal a su madre, centro de las miradas y chiflidos de un público sediento de carne, al mejor estilo pan et circenses...