La familia no se elige
Bien a lo italiano, la familia toma un lugar preponderante entre los temas de La prima cosa bella. Paolo Virzi realiza un film que oscila entre el pasado y el presente para poder explicar el vacío existencial de Bruno. De esta forma, vamos conociendo en el trascurso de la narración los dilemas que pasó la familia del muchacho.
Bruno se siente perdido, sin ánimos de vivir. Se comporta de a ratos como adulto y la mayoría de las veces como un niño. Se rehúsa a formalizar con su novia y sin querer le hace difícil toda convivencia. El alcohol y la droga son sus auxilios en los momentos más críticos de su ánimo. Con el tiempo perdió contacto con su familia. Mientras que intentaba dejar atrás al pasado, su hermana menor, Valeria, lo buscaba. En uno de los contactos que realizaron, ella le comentó lo enferma que estaba su madre, Anna, y el poco tiempo de vida que le quedaba. Con esas palabras Bruno decide, empujado por su hermana, visitar a su madre. Pero así visitará también su pasado. Se volverá a encontrar con todo lo que aún le hace doler. Tendrá entre las manos su vida para observarla. Con su madre verá el problema en carne viva pero también la solución.
La prima cosa bella tiene todo el tiempo un tinte de tristeza, un color pálido como melancólico. Las imágenes son muy importantes para definir las personalidades de los personajes. Quizás Bruno es el más notable. El mantiene siempre una preocupación en su rostro como si desde chico cargara en sus hombros a su mamá, literalmente hablando. Bruno siente el peso de cuidar tanto a su hermana como a su madre cada vez que el padre se distancia de ellos. Sólo una vez se lo muestra al protagonista sonriendo de chico y es justamente en una foto que muestra cómo la madre y el padre les brindaban contención a sus hijos.
Los padres de Bruno son algo descuidados e inconcientes, más bien inmaduros. Pero sin embargo hacen todo lo posible para que sus hijos estén bien. Son la antinomia de la tía que representa un modelo más antiguo de familia y pensamientos. Ella quiere mantener las estructuras de su niñez en un mundo que no se lo permite por los cambios constantes. Logra darse cuenta de su error pero su rigidez mental no le permite salirse de la estructura con lo que vuelve loco al hermano por el cuidado de sus sobrinos. Anna y su marido a diferencia de la tía están más acordes al mundo moderno. La crianza de los hijos fue a la par, casi como si se estuviera hablando de amigos.
Anna tiene una personalidad avasalladora a pesar de la tranquilidad que trasmite su rostro. Con una actitud de negación absoluta, llámese salvación psicológica, mantiene oculto todo problema. Hasta llegando a su muerte se la ve erguida y con una sonrisa. De todas maneras esto no representa fortaleza. Anna es una persona débil e indefensa debido a su ingenuidad.
Valeria siendo un poco más fuerte que su madre también es débil, aunque sepa aparentarlo desde su pose firme. Ese caparazón es rápidamente destruido por su hermano, que representa toda la protección para ella. Valeria mantiene una actitud bastante parecida a la de la madre en cuanto a fingir estar bien sin estarlo.
El padre de Bruno es una ausencia absoluta. Por momentos padre y por otros nada. Culpa al destino de no tener a sus hijos cerca. Su inmadurez es tan grande que le pide al hijo que se ocupe y cuide de las dos mujeres. Es personalidad violenta y suele no hacerse cargo de los problemas.
Son las personalidades y descripciones psicológicas quizás el mayor atractivo de la película. Por lo que intenté enfocarme claramente en un análisis de los personajes. Sin duda la narración ha ayudado ha dar con la personalidad de cada uno de ellos. Las imágenes dicen mucho más que los diálogos, con lo cual es rica en argumento y manejo de la información.