Se centra en un actor que quisiera ser caballero y una princesa cuyo padre quiere obligarla a que se case, pero ella se niega. A partir del azaroso encuentro de ambos comienza una aventura que incluye un par de escenas demasiado inspiradas en La Bella y la Bestia, y Aladino, las reglamentarias mascotas que aportan comicidad, magia, romance, un villano muy malo y otros muy torpes. Esta película de origen ucraniano acumula los tópicos de los cuentos de hadas, sin lograr una historia o una estética que resulten novedosas. Lo clásico tiene su valor y encanto, pero el simple hecho de combinar los elementos de ese tipo de narración y darle giros actuales no garantiza emociones.