Abarcar mucho para apretar poco
La Promesa (2016) narra los hechos más desesperados del genocidio armenio mientras que la pasión, el miedo y el coraje del triángulo amoroso entre el estudiante de medicina Michael Boghosian (Oscar Isaac), Chris Myers (Christian Bale) un periodista americano de una prestigiosa agencia de noticias y la bella Ana Khesarian (Realive / 2016) buscan encontrar una salida y una razón para sobrevivir. Bajo la dirección de Terry George, La promesa está basada en hechos reales.
La promesa es un film que se toma su tiempo para explicar el contexto y la situación de cada personaje como también del ambiente que los rodea; como el respeto entre pares e iguales se ve desechado o es totalmente ignorado cuando se toma el poder desde el miedo, la represión o la violencia. Desde este lugar, el film es uno más de los tantos que utiliza un hecho histórico cruel y desgarrador para contar un relato que ya fue realizado en demasiadas ocasiones, y más cuando la pantalla grande sigue nutriéndose de historias sobre hechos reales, libros, secuelas o remakes y no con guiones originales para ofrecerle algo diferente al espectador.
A pesar del sufrimiento y drama que recorre todo el film, La promesa se vuelve demasiado lenta y aburrida en su desarrollo, tan así que resulta muy difícil sentir cercanía por alguno de los personajes. En cuanto a su guión, resulta poco creíble que sean demasiados los hechos fortuitos o casualidades entre sus personajes para seguir juntos en un contexto demasiado hostil para su época. La Promesa es predecible con cada acto y consecuencia que arremete al argumento, algo que entorpece su narración sin dejar algún lugar para re descubrir otros aspectos o algún giro inesperado.
Sus 134 minutos de duración no justifican el bajo pulso narrativo de Terry George para llevar a buen puerto las escenas y encontrar un equilibrio entre el drama amoroso y el aspecto social-político. Con un gran elenco y actores con mucho vuelo, los roles de Isaac, Bale, Le Bon quedaron desaprovechados en una historia que no estuvo a la altura del imponente marco histórico que buscaba abarcar, ni en el desarrollo creíble de los personajes.
La promesa (2016) es un film que busca emocionar desde un triángulo amoroso que no llega a considerarse tal ya que nunca termina de convencer desde su veracidad: la exposición melodramática entre el amor y el período de guerra en el cual viven sus protagonistas provoca que nunca se llegue a un climax ideal y estable entre ellos. Ni desde las escenas bélicas de resistencia ni desde el amor La promesa logra salir de su casilla para hacer algo más que una película de época y contexto, abordada desde un amorío que termina antes de poder comenzar.