Luego de este episodio, el punto de partida dramático de “La Protagonista”, se nos convida a reflexionar acerca de la fugacidad de la fama, leve espejismo que disimula una vida gris y una crisis aún más profunda: Paula no está contenta con su profesión y buscar superar los daños de una ruptura emotiva reciente. De esta forma, una actriz divorciada de su oficio va transitando esa toma de conciencia de modo radical, convirtiendo a la película en una microscópica mirada hacia el mundo íntimo de una intérprete redescubierta como tal.
Participante del último Festival de Mar del Plata, en la categoría de Selección oficial por competencia iberoamericana, la ópera prima de Clara Picasso pesquisa la realidad de una mujer frágil y en crisis. Si el disparador de la película es un hecho traumático que sufre y la coloca a las puertas del éxito de modo sumamente impensado, no precisamente un suceso actoral le otorgará el renombre que todo interprete cree merecer. Esta ventana indiscreta al mundo interior de su personaje nos permite descubrir aspectos de su personalidad atractivos para el espectador. “La Protagonista” provee un cine observacional y minimalista que explora la responsabilidad sobre los propios actos y ejercita la enésima meta-referencia al universo de ficción.