Casi 8 años han pasado desde el estreno de "La Purga" en 2013, hasta la actualidad, donde la franquicia ha acumulado un total de 6 producciones (incluida una serie). Probablemente ni el propio James DeMonaco haya podido presagiar semejante desarrollo ni trascendencia cuando filmó su primera obra. Aunque si bien es cierto, que la idea inicial de una sociedad ultraviolenta con un día sin leyes a modo catárquico, resultaba muy interesante, extender la saga hasta nuestros tiempos tan solo ha logrado volverla repetitiva.
"La purga por siempre", que ya ni siquiera tiene a DeMonaco en la dirección, tiene la particularidad de contar con muchos de los peores defectos que una película de franquicia puede tener. El primero y principal es el de vulnerar la premisa que sostuvo a la saga hasta la actualidad (un día único de purga). Y el segundo es el de haber configurado un guión, que no solamente es absurdo, sino que como mínimo está 3 años desfasado del contexto de la sociedad norteamericana. Ni a propósito se puede errarle tanto.
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La trama a la que hacemos referencia por su falta de timing, refiere a la cacería dispuesta por un grupo de supremacistas blancos, que burlaran la idea original del día de la expiación, para perseguir y aniquilar a cuanto latino se cruce enfrente. Adela y Juan serán nuestros protagonistas e intentarán escapar junto a la familia Tucker (para quien Juan trabaja) en un contexto de caos y brutalidad.
El hecho de liberar el desmadre por fuera de los límites restringidos, no solo le saca su aspecto característico a la franquicia, sino que vuelve a la historia previsible y por momentos irritante. Y para el peor de los males, ni siquiera su crítica social es medianamente valorable. Su falta de sutileza la infantiliza al punto de transformarla en vacía.
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Allá lejos quedaron Ethan Hawke y Lena Headey sobreviviendo en medio de una ciudad en plena implosión. Quién sabe si seguirán exprimiendo esta naranja, a la que de jugo ya no le queda prácticamente nada.