Burocrática invasión alienígena
A la hora de invadirnos, estos aliens se toman su tiempo. Primero cortan la energía. Luego, nos mueven el piso con sismos, aunque se aprecian más los maremotos, o tsunamis, de hecho la mejor ola es la que azota Londres. El paso siguiente, enfermedades pandémicas, dengue, y cosas así.
Todo esto para llegar a una cuarta ola que, desvergonzadamente, no es otra cosa que una variante no especialmente creativa de los "body snatchers" o "usurpadores de cuerpos" según el clásico de Don Siegel.
Adaptando un best seller de ciencia ficción teenager, gente seria como Akiva Godman debería darse cuenta de que no hay motivo para que los marcianos no manden de frente march todas las olas juntas. Pero se ve que la burocracia es intergaláctica, y luego de momentos apocalípticos épicamente bien filmados, la cosa no sólo se vuelve muy poco original, sino bastante lenta e insípida. El aburrimiento se modera con diálogos bobos con cierta tendencia al humor involuntario.
La heroína Chloë Grace Moretz se toma todo demasiado en serio, y un par de buenos actores como Liev Schreiber y María Bello ayudan un poco, pero no mucho. John Milius, cuyo "Red Dawn" parece haber inspirado algunos pasajes de este producto, hubiera sido más frontal con el mensaje de que para salvar el mundo, los adolescentes deben entrenarse cual guerrero ninja.
El oleaje del comienzo zafa, pero para eso ya estaba "2012 "y otros apocalipsis digitales de Roland Emmerich.