La nueva versión del fin del mundo
Al final La quinta ola es todo lo que cualquiera con algo de cine en el pedigrí se puede haber imaginado al ver el trailer o los afiches de promoción callejeros. Una distopía que narra otra versión del fin del mundo a partir de un nuevo ataque extraterrestre, pero sin la gracia de, por ejemplo, Día de la independencia de Roland Emmerich. Pero puede ser peor. Porque es cierto que se trata del relato distópico de un apocalipsis alienígena sin el encanto del opus magnum del director alemán, pero también de una nueva saga de ciencia ficción basada en otra serie de bestsellers para chicos que, nunca mejor dicho, se sube a la ola que generaron los éxitos dispares de sagas previas como Los juegos del hambre, Maze Runner o Divergente. Dentro de ese grupo, el resultado final de esta propuesta queda más cerca del modelo conservador al que ha apostado la última de las mencionadas, que de los riesgos que se atrevieron a tomar los responsables de Los juegos..., al menos en sus dos episodios iniciales. Acá abundan las convenciones del subgénero (subtramas dramáticas y románticas; personajes heroicos y otros ambiguos; metáforas más o menos obvias, etc.), pero escasean los subtextos potentes y originales; las referencias que consiguen ir más allá de los límites genéricos y, sobre todo, los personajes atractivos y carismáticos.Por empezar La quinta ola se suma a la tendencia de las heroínas adolescentes y, siguiendo el esperable modelo de (otra vez) Los juegos del hambre, elige a una joven actriz que ya dio buenas muestras de talento para encarnar el rol protagónico. Si en aquélla ese lugar le cabía a la hoy superestrella Jennifer Lawrence, acá la elegida es la también prometedora Chlöe Grace Moretz que, si bien cumple con su parte, también es verdad que nunca consigue transmitir los sentimientos de nobleza, entrega y legítimo heroísmo que irradia su oscarizada colega. Aunque el film consigue algunos aciertos modestos, como cuando la voz en off de la protagonista afirma que “cuando estás en la secundaria todos los días te parecen el fin del mundo”, justo antes de que el verdadero apocalipsis se desate, del mismo modo cae en el burdo ejercicio de cumplir a rajatabla con los requisitos de este tipo de sagas para adolescentes del siglo XXI. Entonces, así como se hace girar el relato en torno a una chica, también se utiliza a los chicos como objetos de deseo de la manera más tosca. Es decir, haciendo que se bañen desnudos en un lago para que la protagonista pueda espiarlos escondida atrás de un pino. Exactamente el mismo juego que se daba en la saga Crepúsculo entre los personajes de Kristen Stewart y Taylor Lautner. Por último, una serie de referencias al militarismo estadounidense que carecen del humor y la autoconciencia satírica de la ya mencionada Día de la independencia, película que no siempre es valorada como lo merece, terminan de degradar a un producto de buena factura técnica pero que desde lo narrativo, paradójicamente, nunca consigue hacer olas.