COCINERO INSULSO
Los cocineros están de moda y la comida puede pasar a ser un micromundo que sirve para todo: lugar de afirmación, ensueño y entendimiento (“Amor a la carta”, “Solo a 10 metros” y otras más), hasta ser un lugar, como en este caso, un pretexto para un ejercicio de intercambio cultural y un estímulo para cambiar de rumbos, aprender a ser padre y reconciliarse con su mujer. Una comedia sin gracia, que empieza cuando un implacable crítico destruye el menú (y las ínfulas) del atolondrado chef que de mala manera acaba sucumbiendo ante su prosaico dueño. El tipo se enoja y se va. Y buscara en Miami una venganza que al final será su salvación: pondrá un carrito de comida al paso, con platos simples y de gran salida y abandonará para siempre el mundo de la alta cocina y los platos sofisticados. En el trajín ganará el cariño de su hijo, recuperará el amor de su señora y hasta tendrá al final como socio al crítico que lo había mandado a la hoguera. Sin sabor ni encanto, tiene como actor al múltiple Jon Favreau, un tipo insoportable y sin gracia. Todo es tan liviano y tan insustancial que ni siquiera algunos toques pintorescos y un par de caras famosas (las fugaces apariciones de Dustin Hoffman y Scarlet Johansson) le añaden algún interés.