Jon Favreau vuelve a dirigir una comedia y el resultado es más que correcto. Sencilla, entretenida con un elenco de notables que la pasan en grande jugando escenas tan apetitosas como irresistibles. Hay un excelente manejo de la puesta, al servicio de platos y comidas que parecen salirse de la pantalla. Una película, amable, que dejará en los espectadores un buen sabor de boca.