Jon Favreau (n. 19 de octubre de 1966, Queens, NY) es uno de esos pocos comediantes que no necesita recurrir a un humor grosero o escatológico para arrancarte una grata sonrisa, de esas tan valoradas y cada vez menos frecuentes en la industria cinematográfica. En esta oportunidad, como actor y director, nos trae una comedia simple y sencilla para disfrutar en familia.
Chef nos abre las puertas a la vida de Carl (Favreau), una vieja promesa de la cocina americana que tras años de frustraciones, familia disfuncional de por medio, y por las vueltas de la vida decide montar un puesto de comida ambulante en busca de recuperar su pasión por la cocina. En este viaje de liberación y de nuevas esperanzas contará con la ayuda de su hijo Percy (Emjay Anthony) y su amigo y ayudante Martin (John Leguizamo). Completa el reparto Sofía Vergara como Inez, exitosa empresaria y ex mujer de Carl.
Nobleza obliga, empecemos por lo bueno. Pocas películas pueden hacer gala de actores secundarios del calibre de Dustin Hoffman, Scarlett Johansson, Oliver Pratt y un cameo genial y desopilante del eterno Robert Downey Jr. Utiliza muy bien lo importante que pueden llegar a ser las redes sociales, no solo como medio masivo de comunicación, sino también como herramienta para acercar a las personas. En este caso a Carl y a su hijo Percy.
Pocas películas pueden hacer gala de grandes actores secundarios como Chef.
Está impecablemente filmada, se nota el buen laburo que hicieron en la puesta en escena.
Lamentablemente, creo que los aspectos negativos superan con creces a los positivos. Es una película lenta, intrascendente, con un nudo narrativo soso que no logra establecer la menor empatía con el público en general. La sensación de estafa que te dejan las fugaces y poco aprovechadas interpretaciones de actores consagrados como Hoffman, Downey Jr. y Johansson te llena de decepción y se torna difícil continuar con el viaje, demasiado fácil, demasiado perfecto, de Carl y cia.
Chef es una película que promete un festín de mil texturas y sabores pero solo deja un gusto amargo por no haber elegido alguna película pochoclera, con el consuelo de saber al menos qué es lo que entraste a ver al cine.