Cine-entretenimiento gourmet.
Indudablemente a Jon Favreau no sólo le apasiona el cine, sino también la gastronomía. Chef es el resultado satisfactorio de ese amor bidimensional; una película muy entretenida que deja en manifiesto el talento de un director versátil y comprometido con los proyectos que lleva a cabo.
Las imágenes dan hambre; la banda sonora, ganas de bailar. Chef es una comedia pasatista filtrada por los más altos estándares cinematográficos. Lo fascinante no es su historia, sino la forma en que se cuenta, gracias a un Favreau con los cinco sentidos encendidos. Chef, por sobre todas las cosas, está eximiamente dirigida, y con eso no sólo basta, sino que sobra. La fotografía es maravillosa, la música encantadora y la edición para aplaudir de pie. Posee, sí, algunas imperfecciones a nivel argumental, pero este improvisado crítico amante del cine está dispuesto a hacer la vista gorda, dada su relativa trivialidad con respecto al resultado final.
Chef no es el caviar del séptimo arte, que quede claro; es más bien una milanesa con papas fritas gourmet, que se disfruta hasta el último bocado.