La llegada de esta nueva producción del maestro del cine zombie a los cines de Argentina coincide con el estreno de la que quizá sea la peor película de otro de los arcángeles del terror en 35 mm, John Carpenter. Y la coincidencia no termina ahí, ya que Survival of the Dead es, por lejos, lo peor de esta saga sobre muertos vivos que comenzó en los años 70 con el indiscutido clásico Night of the Dead y que continuó con ese título definitivo del subgénero que fue Dawn of the Dead.
Revisionismo aparte, y dejando también de lado la estatura iconográfica del propio Romero (que nunca filmó demasiado bien), aunque no tengamos en cuenta lo previo que dio la saga, y aunque tomaemos a esta obra como única y descontextualizada (y demás etcéteras), se trata de un film que tiene su mejor representacíón simbólica en los propios no-muertos.
Esta sexta entrega de la saga creada y siempre dirigida por Romero no tiene alma, se descascara a medida que pasa el tiempo y, en relación a sus antecesoras, contagia falta de interés y hasta se muestra involuntariamente como un peligro para lo ya conocido, ya que contamina al subgénero de zombies y, viniendo de su máximo exponente histórico, lo perjudica al punto de poder hacerle creer a los neófitos que el chiste se agota en el gag del zombie mordiéndole el cuello al vivo.
Romero aprovecha la ocásión para cargar, una vez más, contra el poder, el status qúo y lo mainstream, aunque lo hace con menos convicción que nunca, alejado de cualquier tipo de cachetazo conceptual (como sí tuvieron, y mucho, Diary of the Dead, su trabajo anterior) y recitando un par de comentarios más o menos ingeniosos sobre religión y militarismo.
¿La trama? Mínima, apenas apuntes para un guión de iniciados; zombies que atacan a una zona rural y un señor malo que intenta dominar la situación en base a sus intereses. Punto y aparte. O apartado, de ideas revitalizadoras, de buenas secuencias, de un humor bien trazado, y sobre todo, de una autovaloración del lugar que ocupa su realizador en el universo freak.