Veo gente casi muerta
Cuando la vida deja de tener sentido, la muerte se convierte en la mejor manera de vivir. Eso parecen pensar esa mezcla de pueblerinos y soldados renegados que tienen que enfrentarse a los muertos vivos que se multiplican por la tierra intentando saciar su sed de sangre y su hambre de carne humana.
La nueva película de George A. Romero, La resurrección de los muertos, sigue la saga gloriosa de los zombies que comenzó en 1968 y que dio varios títulos y muertos desde entonces. Pero no lo hace con mucho estilo, ni un argumento interesante, ni actuaciones sobresalientes, ni muertes espectaculares para los amantes del género.
Están los que matan y los que mueren, los que se resisten a ver morir a los suyos, los que quieren adiestrar a los “caminantes” para que no coman carne y aprendan a convivir (vaya paradoja) con los vivos.
La pelea en una lejana isla por el destino de sus muertos se convierte en motivo de una guerra que acaba por mandar a uno al destierro y al otro a ser el amo y señor del lugar. Pero pasó lo que nadie podía sospechar: aquel que se fue echado volvió sin que lo llamen, luego de reclutar en tierra firme a un grupo de renegados que mataban muertos por doquier. Así, emprendió el regreso a su isla en busca de venganza, y de recomponer la relación con su hija, que eligió quedarse.
El relato comienza con el sargento Crockett narrando cómo estaba el mundo: “La última vez que alguien contó, morían 53 millones de personas al año. 150 mil cada día y 107 cada minuto. Eran tiempos normales... ahora, cada uno de esos muertos se levanta y mata a otra persona”.
Guerras morales, principios religiosos, muertos vivos, emociones poco convincentes, peleas por momentos ridículas. La resurrección de los muertos es apenas la sobreviviente de una saga que hizo historia pero que fue largamente superada por los sobrinos de Romero. La serie The walking dead, por caso, es un exponente de historias de zombies que van más allá: exploran desde los muertos el comportamiento de los vivos.
No es este el caso, sin efectos ni afectos especiales que valga la pena destacar, sin una sólida historia, que podría haber transcurrido con más originalidad y profundidad si la batalla se hubiera dado sólo
en aquella isla, en lugar de mezclar escenarios sin ningún sentido. La resurrección... también deja abierta una puerta para seguir adelante, y parece que ni los fanáticos de esta serie de películas ni sus creadores piensan dar un paso al costado.
George A. Romero seguirá escribiendo y filmando sobre el tema, aunque parece que la historia así no da para más, que ha muerto. Pero bueno,en estos casos nunca se sabe. Así es la vida.