Frozen no es la única.
Las obras de Hans Christian Andersen tuvieron grandes adaptaciones a través del tiempo. Así como en los 90s el boom fue La sirenita, hoy lo es La reina de las nieves.
Lo que muchos conocen como Frozen por parte de Disney, la obra difiere del material original. Sin embargo, los rusos encontraron ello a favor y lograron en 2012 hacer su propia versión más apegada a los libros.
La reina de las nieves (para los entendidos, Elsa) en los libros es una villana y los rusos supieron adaptar con certeza esa primera versión en aquel entonces. El éxito fue tal que, hasta la fecha, vemos la cuarta entrega, contra la venidera segunda de Disney.
Esta nueva entrega se centra en la lucha entre la ciencia y la magia, contando con La reina de las nieves… acercándose más a ser una heroína, que a la clásica villana que nos tenía acostumbrados en los filmes previos.
Debo decir, que hay que dejar de lado el factor Disney para poder disfrutar el filme, ya que hacer una comparación a nivel visual sería injusto, debido a la diferencia de los presupuestos. Dicho eso, la película es brillante en los aspectos visuales y argumentales. La historia funciona muy bien como alternativa para lo que siempre se muestra en el cine.
Tal vez deba objetar que el foco está tan puesto en los personajes principales que los secundarios ni siquiera lo son y sus aportes no resultan en gracia como tal vez se había concebido.
En definitiva, La reina de las nieves en la tierra de los espejos, es un filme que se disfruta con los más chicos y que funciona bien para correrse de lo masivo.