La Reina de las nieves es la cuarta entrega de uno de los fenómenos comerciales recientes de la animación rusa.
Un país que ya había adaptado el gran clásico homónimo de Hans Cristian Andersen en esa obra maestra de Lev Atamanov, de 1957.
La película que definió nada menos que la carrera de Haya Miyazaki.
Lo cierto es que en el 2012 (antes que surgiera Frozen), un grupo de artistas rusos que provenían del campo de los video juegos crearon la productora Wizart Animation y con apenas siete millones de dólares desarrollaron una nueva adaptación de este clásico de la literatura.
La película sorprendió por su calidad de realización pese al bajo presupuesto y resultó un inesperado suceso comercial en el mercado europeo.
Desde entonces se estrenaron otras tres continuaciones y ya se anunció la quinta entrega para el 2021.
En lo personal me encanta esta franquicia porque tiene más corazón y creatividad que todas las continuaciones insípidas de los títulos famosos de Disney.
Como adaptación de La Reina de las nieves esta serie es completamente superior a Frozen por el desarrollo que tuvieron los personajes y el modo en que trabaja el género de aventuras.
Tampoco está contaminada por la corrección política de la actualidad y presentan personajes que nunca podríamos ver en el cine norteamericano, como la niña pirata Alfida, que dispara armas de fuego.
Un aspecto interesante de estos filmes es que construye su propia mitología de la obra de Andersen y con el transcurso de las secuelas nunca salieron a copiar lo que se había hecho en Frozen.
Los rusos fueron por otro camino y se enfocaron más en el género de aventuras y la fantasía.
En materia de realización esta cuarta entrega es la mejor de la saga y se nota la ayudita económica que tuvo la productora Wizart de los capitales chinos.
La calidad de la animación no tiene nada que envidiarle a lo que se hace en general en Hollywood y es de una calidad muy digna.
En esta ocasión inclusive adicionaron elementos del género Steampunk y del cómic de superhéroes que conforman un combo bastante curioso.
El problema con este estreno es que los niños que vayan al cine y los adultos que acompañen se quedarán afuera de la historia si no conocen los tres capítulos previos.
Es como empezar a ver Cómo entrenar a tu dragón o Kung Fu Panda (por poner unos ejemplos) por la última entrega.
En este caso la relación de Gerda con la Reina de las nieves y el vínculo de su familia con la magia carece de sentido si el espectador no siguió el desarrollo de la serie.
Por eso resulta incompresible el estreno del film en este momento.
La película es una muy buena propuesta de fantasía para chicos pero es necesario conocer la historia completa para disfrutarla en su integridad.