La oscuridad, el miedo y la magia
La reina del miedo (2018) es la gran ópera prima de Valeria Bertuccelli como guionista y directora. Un lujo de película para conectarse y dejarse llevar por los tremendos climas que construye.
A días del esperado estreno de su unipersonal, la famosa actriz Robertina (Valeria Bertuccelli) vive un estado de ansiedad, presión, angustia, fobias y paranoias que la paralizan y la desconcentran.
Realizada en co-dirección con Fabiana Tiscornia, Valeria Bertuccelli estrenó su película en el prestigioso Festival de Cine de Sundance en Estados Unidos, donde fue distinguida con el premio a Mejor Actriz de Ficción Internacional.
Bertuccelli es una actriz que ya cuenta con el cariño del público por películas familiares que fueron muy populares. Esta vez tuvo la posibilidad de crear su propia oportunidad para demostrar su real potencial y talento en un trabajo más maduro, más profundo y complejo. Tiene un rostro magnético y construye con gran sensibilidad una presencia indefensa y melancólica con un lindo toque de frescura y simpatía.
Por otro lado en lo que refiere a su visión como directora, en esta nueva faceta nos introduce en un mundo de climas fuertes y en el interior de un personaje sobrecargado de complejidades y conflicto. Los recursos del drama combinados con momentos de misterio y humor hacen a un ritmo dinámico y la película respira constantemente.
Una de las características más interesantes, es la de tomar una trama con un conflicto en el plano realista y añadirle un aire de magia que capta toda atención y tensión. Como sucede en películas como La cordillera (2017) de una forma mucho más concreta y palpable, en La reina del miedo predomina la sutileza. La noche es la fuente de los enigmas y está cargada de pequeños detalles, como delgadas sub-tramas que tiñen de misterio los espacios oscuros, como si algo más fuera a pasar, pero no cualquier cosa, algo fantástico. Además de lo que remite en esencia al miedo de los niños a la oscuridad, a lo extraño o lo sobrenatural.
El miedo es el clima fundamental. Se apodera enteramente de las escenas nocturnas, y en situaciones que interpelan directamente en la percepción sensorial, con escenas que pivotean entre varios tonos. La película sorprende y propone acompañar un tránsito de personaje que llegado el final satisface por completo.