Documental de Alejandra Perdomo sobre abusos en las infancias La realizadora de "Nacidos vivos" (2014), sobre el derecho a la identidad, y "Cada 30 horas" (2016), focalizado en los femicidios, vuelve a interpelar a la sociedad abordando las violencias a través del testimonio de las víctimas. "La reparación" (2022) pone el eje sobre el abuso infantil y la ausencia de justicia. La reparación es un clásico documental, aquellos de los llamados de "cabezas parlantes", estructurado a partir de los testimonios de cinco víctimas de abuso infantil: Mónica Cortinez, Felicitas Marafioti, Daiana Fernández, Daniel Sgardelis y Santiago Bustince, pero además cuenta con los aportes del diseñador de modas Roberto Piazza (impulsor de la Ley Piazza y víctima de abuso), y especialistas en la problemática como Eva Giberti y Vinka Jackson. Partiendo de las vivencias traumáticas de las víctimas narradas en primera persona, el accionar de diferentes colectivos, que bajo las banderas de #YoSíTeCreo y #YaNoNosCallamosMás luchan por hacer justicia ante los abusos, y la palabra experta de los especialistas, Perdomo entrecruza los diferentes testimonios con inteligencia y mesura, evitando los golpes efectistas, a través de una puesta donde lo político y el mensaje prima por sobre lo cinematográfico. Testimonios que siempre tienen un denominador común y condice con las estadísticas que muestran que el 85% de los abusos durante la infancia ocurren en el ámbito intrafamiliar. La reparación busca poner en discusión y abrir el debate sobre un tema ¿tabú? que muchas veces por diferentes razones es silenciado. Silenciado por las víctimas que sufren la vulneración de sus derechos y que no solo son víctimas del abuso sino de una sociedad que las cuestiona, descree o prefiere mirar para otro lado; por los agresores que cuentan con mecanismos y herramientas (dinero) para ocultar el delito y defenderse; y una justicia tan ineficaz como corrupta, de la que a esta altura ya no hay nada bueno que decir.
Es un valioso documental de Alejandra Perdomo, que se apropia de una frase inspirada en un cartel de protesta “Que arda el miedo”, para extenderse con impresionantes testimonios sobre el tema del abuso infantil y adolescente. Es un tema del que se piensa que se sabe, pero en realidad se ignora mucho. La mezcla de culpa, vergüenza y trauma muchas veces impiden a las víctimas romper con el silencio, o con el propio abuso. Los testimonios de las víctimas son esclarecedores y muchas veces escalofriantes, porque las estadísticas demuestran que el 85% de estos abusos ocurren en el ámbito familiar. Y también se pone en evidencia cuantas veces se duda del testimonio de los chicos y se valida la palabra del adulto, en una sociedad todavía muy patriarcal y misógina. Comparten sus palabras valiente los protagonistas, Mónica Cortinez, Felicitas Marafioti, Daiana Fernández, Daniel Sgardelis y Santiago Bustince, pero además brindan un marco al tema Roberto Piazza (impulsor de la Ley Piazza y sobreviviente de abuso), y especialistas como Eva Giberti, psicoanalista y creadora del Programa Las Víctimas contra las Violencias (Línea 137) y Vinka Jackson, psicóloga, escritora, sobreviviente de ASI, entre otros. Un detallado y claro aporte.
Un documental valiente gracias a las palabras de sus protagonistas que se animan a contar sus penurias y sus traumas frente a una cámara; perro no solo como catarsis que intenta cerrar heridas del pasado, también como herramienta para que, quienes sufrieron o sufren abusos, tomen coraje para contar y denunciar.
CICATRICES QUE QUEMAN La mediatización del abuso en infancias y adolescencias en medios explosivos como la televisión o los portales de noticias más populares pierden a menudo, entre los detalles del caso, al sujeto. Más alla de los nombres propios y algunos datos enumerados friamente, son escasas las excepciones que dan relieve y generan conciencia sobre las consecuencias devastadoras en la víctima. La reparación, el nuevo documental de Alejandra Perdomo, se aproxima a la temática con humanidad y exprime su estructura de testimonial para acercarnos a los sujetos. Se puede achacar alguna irregularidad estructural, pero el documental tiene una contundencia que cierra con un final emotivo. En las palabras de las víctimas hay un punto en común: la ineficacia de la Justicia en muchos casos y la carencia de circuitos de contención, además del cuestionamiento hacia la veracidad del relato. Se apunta tanto contra las falencias institucionales como aquellas que nos increpan como sociedad y nos presentan un espejo para nada favorable. Para romper el silencio que perpetúa la impunidad están las voces de los casos que son el corazón del documental. De hecho, son los casos los que estructuran y dan un marco al film. El testimonio de Daniel Sgardelis apunta contra el encubrimiento de las instituciones eclesiásticas en el abuso y el de Felicitas Marafioti y Charlie di Palma apunta contra los casos de abuso sexual con corrupción de menores del ex líder de la banda El otro Yo, Cristian Aldana. El del resto de las víctimas comparten el horror del abuso en un ámbito intrafamiliar pero, sin embargo, todos los casos comparten el dolor de la incomprensión, fluyendo entre las palabras de los testimonios. El acierto de Perdomo es invisibilizarse y lograr que las entrevistas sean el relato de La reparación. Como mencionamos el film esta estructurado por los casos que se suceden e hilvanan el guion, pero se extraña un marco informativo que dé un mayor contexto. Los especialistas dan precisiones pero se pierden algunas de las apreciaciones más valiosas entre la fuerza de los testimonios. Finalmente entrega un segmento emotivo que exorciza la tragedia personal de las víctimas y hace del fuego algo tan destructivo como sanador: aquí reside la fuerza innegable del documental de Perdomo.