En La resurrección de Cristo, la fe se cruza con la historia
El talento del director Kevin Reynolds hace atractiva la búsqueda casi detectivesca de respuestas de un soldado romano agnóstico (el pétreo Joseph Fiennes) tras la crucifixión de Jesús
Detrásde La resurrección de Cristo aparece la productora Affirm Films, filial de Sony que se ocupa a través del cine de captar al público cristiano desde la identificación plena con esos principios. Esta vez, para llegar a esa meta, se eligió un camino oblicuo. El personaje central es un agnóstico: el oficial romano Clavius (Joseph Fiennes), encargado por Pilatos de la búsqueda de Jesús luego de ser crucificado. Los romanos ven a Jesús (mencionado aquí siempre como Yeshua) como un agitador político y temen que sus seguidores armen una revuelta, convencidos de que su líder (el Mesías tan esperado) finalmente resucitó.
La elección de ese punto de vista nos lleva a un cruce entre la narración evangélica y la historia política de la época. Al veleidoso e intrigante Pilatos sólo le interesa mantener la paz ante la inminente llegada del emperador Tiberio, y a Clavius, como buen soldado el cumplimiento de la orden que se le encomendó. Con la ayuda de un director tan competente como Reynolds (Waterworld, Robin Hood: príncipe de los ladrones) la narración del trabajo casi detectivesco de Clavius resulta mucho más importante que cualquier mensaje fijado de antemano. Por eso y porque Reynolds sabe su oficio (la cámara fluye, el relato respira en los atractivos escenarios de Almería y Malta, el montaje se frena en el momento justo para evitar que el realismo se haga explícito o sanguinolento) entendemos el contexto político y religioso (no tan sencillo como parece) y la misión de Clavius.