El reciente ganador del Oscar a Mejor Película Extranjera con su film «Drive My Car» fue, además, el responsable de este otro relato titulado «La Rueda de la Fortuna y la Fantasía» («Guzen to Sozo») que también fue presentado el año pasado. Quizás en apariencia esta obra parezca menor en comparación con la otra, sin embargo, también deja entrever lo maravilloso que es Hamaguchi como narrador y la sinceridad que le imprime a sus historias.
Ryûsuke Hamaguchi («Happy Hour», «Asako I & II») está pasando por un gran momento. Además de haberse llevado el reconocimiento de la Academia de Cine y Ciencias de Hollywood, también obtuvo el Oso de Plata en Berlín por el film que este jueves llega a las salas argentinas. El largometraje compone un tríptico de historias cortas, protagonizadas por personajes femeninos que van experimentando una serie de coincidencias o hechos fortuitos que las llevan a tomar decisiones y/o convivir con ellas. La primera historia se titula «Magic» y nos relata una amistad entre dos mujeres que parecen coincidir en un triángulo amoroso, la segunda «The Door Wide Open» aborda un plan entre dos amantes para tenderle una trampa a un profesor universitario y el tercero titulado «Once Again», cuenta un encuentro entre dos viejas compañeras de facultad que resulta ser un completo malentendido. Obviamente, que estas breves líneas no son más que la superficie de estos tres relatos de alrededor de 40 minutos de duración que buscan profundizar en el mundo femenino, con la habitual solidez a la que nos tiene acostumbrados Hamaguchi, y priorizando ese halo de cotidianeidad que abrazan sus relatos. No obstante, estas tres historias son atravesadas por las coincidencias o la «fortuna» como dice el título internacional, así como también cierto halo de fantasía (a veces literal como en el tercer episodio, a veces de forma más abstracta como en los dos previos) e imprevisión que atraviesan sus personajes.
Generalmente las películas compuestas por distintas historias autoconclusivas tienen la particularidad o la desventaja de resultar bastante irregulares por el solo hecho de estar compuestas por historias que pueden atraer más o menos al espectador, lo cierto es que en esta ocasión esto no sucede y Hamaguchi logra mantener tanto su estilo en las tres historias como un mismo tono en la totalidad del largometraje, aprovechando para transmitir su percepción del mundo femenino a través de las épocas (todos los relatos además de presentar coincidencias y las cosas antes mencionadas, tienen en común hablar de las relaciones a través del paso del tiempo).
Con ciertos pasajes que recuerdan al cine de Hong Sang-Soo en la forma en que nos describen largas charlas entre sus personajes y la habitual sensibilidad con la que suele abordar a sus personajes, Hamaguchi demuestra que incluso en estas historias cortas y pequeñas vuelve a reflexionar sobre temas complejos (cuasi existenciales) con una naturalidad que pocos directores suelen alcanzar. Un director para seguir descubriendo y un mundo de historias para apreciar con detenimiento.