La sabiduría empieza como una road movie y termina como una película de terror psicológico. Tres mujeres (Sofía Gala Castiglione, Paloma Contreras y Analía Couceyro) viajan sin escalas desde una agitada discoteca porteña a un ambiente bucólico que imaginan sereno y relajado, pero se transforma imprevistamente en pesadillesco. La intención más evidente del director Eduardo Pinto fue teñir el relato de una impronta de reivindicación feminista, pero la debilidad de un guion cargado de situaciones inverosímiles (incluyendo exóticos rituales indígenas y saltos temporales que llegan hasta fines del siglo XIX) y los notorios problemas de ritmo narrativo empujan fatalmente el proyecto hacia el naufragio.