El nuevo largometraje del realizador ;de Palermo Hollywood (2004), Caño dorado(2009), Corralón (2017) y codirector de Natacha: La película (2017) comienza en medio de una fiesta electrónica donde tres amigas (Sofía Gala Castiglione, Analía Couceyro y Paloma Contreras) bailan con desenfreno y espíritu lúdico. Esa diversión mutará en algo radicalmente opuesto cuando decidan emprender un viaje hasta la estancia del título.
Todo asoma perfecto en las primeras horas en La Sabiduría. A los chistes internos le seguirá un baile con los peones y los trabajadores de la estancia. Lo que ellas no saben es que el tiempo allí parece haberse detenido en el siglo XIX y, por lo tanto, los usos y costumbres del lugar son muy distintos a los de la ciudad. El baile, entonces, como inicio de una pesadilla campestre cuyo alcance es inimaginable para esas mujeres en principio indefensas.
La Sabiduría se erige como un relato terrorífico diurno que registra un choque cultural atravesado por la discriminación de género y las tradiciones machistas: ni siquiera la policía está muy dispuesta a creer las acusaciones que recaen sobre los hombres. Ese comportamiento despectivo generalizado convertirá a esas chicas en víctimas de un extenso ritual macabro cargado de una violencia seca que Eduardo Pinto registra con pulso nervioso, construyendo mediante una tensión sin apremios ni golpes de efecto un relato duro y urgente.