La sal de la tierra

Crítica de Alejandro Castañeda - El Día

IMAGENES CONMOVEDORAS

Es, más que un documental, un homenaje al famoso fotógrafo brasileño Sebastiao Salgado, que ha recogido las escenas más dolorosas de un planeta que al final le muestra la fuerza inagotable de la naturaleza y la esperanza. Es un catálogo con lo mejor de la producción de este eterno viajero que ha dejado imágenes que deslumbran y conmueven. La voz en off reconstruye sus viajes y el mismo Salgado se encarga de aportar más datos. Un Wenders cada vez más volcado al documental exaltador (“Buena Vista Social Club”, “Pina”) aprovecha esas incomparables fotos para rendir su homenaje al poder de la imagen. Muchos han acusado a Salgado de servirse de la miseria y de armar escenas para apuntalar su fama de gran artista. El propio Salgado, frente a un oso, revela la filosofía de su estética: “no me gusta esta foto-le dice al hijo que lo acompaña y que co dirige este film- el oso está sólo, no sirve, no tiene nada alrededor para embellecer el panorama”. Toda una confesión moral. Pero más allá de cualquier reparo, las fotos de este incansable testigo de la condición humana tienen intensidad, belleza y fuerza. Son demoledoras. Es el legado de un artista –como dice el narrador- que se ha asomado al corazón de la oscuridad. Y que al final hace las paces con este mundo contrastado, terrible y fascinante.