El actor y director Gianni Di Gregorio es un pensionista con una mujer que le ignora y una hija que le compadece; su madre, en cambio, es la misma: mientras el hijo Gianni depende de una mísera pensión, la irritante progenitora vive en una suntuosa casa en el centro de Roma, rodeada de obras de arte, aficionada a jugar al póquer en el jardín con las amigas —con las que comparte tentempiés aderezados con un champán de 200 euros por botella— y cuidada por una chica de Europa del Este a la que cubre de regalos caros. Y mientras Gianni recorre el barrio soñando con una aventura amorosa e invocando, ensimismado, la sonrisa de una joven, la anciana le atosiga con llamadas a todas horas por razones inútiles.