Alba Aiello es una escéptica y solitaria policía de treinta y cinco años que se ha refugiado en un pueblo perdido. Allí intenta olvidar, y sobre todo esconder, su oscuro pasado, pero una familia entera comienza a aparecer incinerada: uno tras otro, todos en posición de rezo, y sin explicación racional posible. A pesar de los vínculos y pistas religiosas, Alba niega la ayuda del sacerdote local y accede a ser guiada por el Mago, un maltratado niño clarividente de once años, que de a poco la introduce en un mundo paranormal en el que ella jamás hubiera creído y para el que no parece estar preparada.