Llega “Mrs. Harris va a París”, una comedia como las de antes, rosa y bastante edulcorada.
De qué se trata? Dirigida por Anthony Fabián, el guion nos sitúa en Londres en 1957. Ada Harris (Leslie Manville) es viuda de Eddie, quien murió en la Guerra y trabaja limpiando casas. ha trabajado duro, limpiando casas ajenas desde que su amado esposo Eddie quedó desaparecido durante la guerra. Tiene una amiga Vi (Ellen Thomas) con la que comparte todo y una vida rutinaria hasta que…descubre en la casa de una de sus empleadoras un vestido original Christian Dior, que la obsesiona al punto de ahorrar cada libra que llega a sus manos (más una cuota de suerte gracias a su otro amigo Archie (Jason Isaacs) y la pensión de su marido que finalmente llega) para emprender un viaje a Paris y alzarse con el preciado objeto. Ese es el objetivo del film, que una mujer de bajos recursos pueda tener un vestido de diseñador. Lo logrará?
Lo mejor? Las actuaciones son buenas, y es lindo ver el proceso de una casa de alta costura en aquella época cuya recreación está muy lograda. Además la moda tiene su lugar y para las fashionistas es puro placer. Si vamos a la profundidad del guion nos podemos preguntar para qué una simple trabajadora querría un vestido tan ostentoso y en qué momento lo usaría pero también podemos preguntarnos “Por qué no”? Su deseo es tan válido como el de cualquier persona y ese es un buen mensaje.
Lo que no me gustó tanto: El relato abre muchos otros, los problemas financieros de la casa Dior a cargo de la fría Gerente Madame Colbert (Isabelle Huppert), su amistad casual con el Marqués de Chassagne (Lambert Wilson), que termina no teniendo mucho sentido y el romance entre el Contador de la Firma, André Fauvel (Lucas Bravo) con la top model Natasha (Alba Baptista), relación en la que la Sra Harris oficia de celestina. Y todo muy azucarado y demasiado perfecto.
Conclusión: un cuento de hadas para adultos que recuerda las comedias de otra época. Igual, se deja ver.