Hasta la fecha esta producción rusa cosechó más cariño de la prensa en Latinomérica que en su país de origen donde los críticos la aniquilaron.
Probablemente esto se deba a que en esta región del mundo estamos acostumbrados a ver mensualmente muchas más bazofias que esta propuesta que tampoco es tan terrible.
Si bien como película de terror resulta un producto fallido (luego explico por qué) como thriller sobrenatural tiene algunos elementos interesantes.
La historia tiene como protagonista a un clásico de la mitología eslava como es la Rusalka.
Un ser demoníaco que suele ser descripto como una sirena que habita generalmente en lagos o ríos. En la mayoría de los relatos son villanas que seducen hombres en los embarcaderos para luego matarlos.
No sería un error calificarlas como la versión psicópata de la clásica sirenita de Hans Christian Andersen.
La película de Svyatoslav Podgaevskiy encuentra sus puntos más fuertes cuando se concentra en el misticismo de estos personajes que es realmente muy atractivo. Todo el misterio y la historia romántica que se construye no está mal y por momentos llega a ser intrigante.
Sobre todo porque se trata de un personaje que no es popular en nuestra cultura.
El reparto es decente y cuenta una fotografía cuidada que en ocasiones sobresale en algunas ambientaciones tétricas.
El problema con La sirena es que pierde todo su atractivo cuando se encamina en el terreno del terror, donde el director ruso emula lo peor del cine norteamericano actual dentro de este género.
La película se convierte literalmente en un catálogo de jump scares trillados que ya vimos infinidades de veces en otras producciones mediocres.
De ese modo, el mínimo atractivo que podía despertar la figura de la Rusalka, con el desarrollo de la trama se desvirtúa en el clásico ser sobrenatural vengativo de manual que arruina una premisa argumental que tenía un buen comienzo.
En lo personal recomendaría su visión en el cable más que en el cine donde se pueden encontrar otras propuestas superiores.