Debajo del mar
No todo es lo que parece. Si hacen una lista de películas donde intervienen criaturas que viven debajo del mar, la gran mayoría se sentirán a gusto o atraídos por esos personajes como, por ejemplo, una sirena. Porque la intención siempre fue mostrar una imagen divertida o, en su defecto, atractiva. Pero acá, el director Svyatoslav Podgaevsky (La novia, 2017) quiso demostrar lo contrario: toma a un personaje que ya conocían y lo lleva hacia el lado oscuro, le pone su toque terrorífico. La sirena (Mermeid) es la nueva película del director ruso, que ya incursionó en este género hace un tiempo.
La historia comienza con una voz en off, acompañada de imágenes que ayudan a la construcción del relato. Esta sirena tiene como objetivo destruir cualquier relación donde haya un hombre de por medio. Una vez que llegan al lugar indicado, cruzan el muelle y se sumergen en el lago, ella los encandila, los besa y ahí comienza el calvario que deben enfrentar antes de su muerte.
Marina (Viktorya Agalakova) y Roma (Efim Petrunin) son una pareja que están a punto de casarse y conviven hace rato. Él es nadador y compite en torneos. Ella no sabe nadar y su prometido hará lo posible para ayudarla con eso. Una noche uno de sus amigos (Nikita Elenev) lo lleva a la casa de Roma, donde vivía cuando era niño, para festejar su último día de soltero. Lo que parecía ser una fiesta entre amigos, mujeres y alcohol, termina de una manera distinta con la llegada de la sirena, una criatura que enamora a los chicos con la intención de llevarlos al Reino de Muerte debajo del agua.
La historia está bien y va al punto. No tiene demasiadas vueltas, ni utiliza escenas de relleno. Desde el comienzo de la película se van a dar cuenta cuál es su enfoque y para llegar a eso no genera contradicciones. Si bien no es una de las mejores de este género y, seguramente, pase desapercibida luego de su estreno, cumple con lo que promete en el trailer (y eso que casi siempre pasa lo contrario), pero tampoco el director busca que sea uno de esos films que quedará en la retina de los espectadores. ¿Ojos que no ven corazón que no siente? Lo que busca es entretenerlos durante hora y cuarenta y también asustarlos un poco, sobre todo a esos que se dejan llevar por un impulso. Eso si da más miedo.