A casi dos siglos de su publicación, el cuento de hadas escrito por el danés Hans Christian Andersen sigue inspirando nuevas producciones. Tras la popular película animada de 1989 y el musical de Broadway, ahora es el turno de una versión con intérpretes que, más allá de la indudable espectacularidad del universo de Disney, no luce demasiado “real” ni del todo convincente.
La Sirenita (The Little Mermaid, Estados Unidos/2023). Dirección: Rob Marshall. Elenco: Halle Bailey, Jonah Hauer-King, Daveed Diggs, Awkwafina, Jacob Tremblay, Noma Dumezweni, Art Malik, Javier Bardem y Melissa McCarthy. Guion: David Magee. Fotografía: Dion Beebe. Edición: Wyatt Smith. Música: Alan Menken (letras de Howard Ashman y Lin-Manuel Miranda). Distribuidora: Disney. Duración: 135 minutos. Apta para todo público.
Las películas live-action de Disney tratan de ser cada vez más realistas, pero en su uso y abuso de lo digital (efectos visuales y ahora IA) terminan siendo más artificiales que las producciones animadas.
Eso es lo que ocurre con este nuevo film del director de Chicago, Memorias de una geisha, Nine, Piratas del Caribe: Navegando aguas misteriosas y En el bosque que, más allá de la presencia de Halle Bailey como Ariel y de figuras reconocidas como Melissa McCarthy (la despiadada Úrsula) o Javier Bardem (el rey Tritón), luce demasiado diseñada, construida antes que filmada (algo similar ocurre con varias producciones de Marvel e incluso con la reciente Indiana Jones y el dial del destino).
Y, como ya ocurrió también con otras versiones live-action basadas en éxitos animados previos, hay una tendencia, una compulsión a agrandar (inflar) las historias con más acción, más personajes, más escenas musicales. Así, mientras el original animado dirigido en 1989 por Ron Clements y John Musker duraba 83 minutos, este film de Marshall llega a los 135. Y, más allá del bienvenido despliegue de recursos técnicos y estéticos, que un producto familiar supere con holgura las dos horas puede conspirar contra la adhesión y paciencia del público más infantil.
Lo mejor de esta versión 2023 es la revelación de Halle Bailey como la heroína de turno (se luce también como cantante), mientras que, en cambio, lo de Melissa McCarthy o Javier Bardem resulta demasiado limitado y hasta cierto punto decepcionante. Tampoco funciona con la misma eficacia que en el original animado el trabajo vocal de Daveed Diggs como el cangrejo Sebastian, principal comic relief de la trama. Así, La Sirenita termina siendo un film para admirar en lo formal y no tanto como una historia que fascine, conmueva y divierta como sí lo hizo la película original hace casi un cuarto de siglo.