Luego de idas y venidas de discusiones estúpidas sobre el color de piel de un personaje mítico y ficcional, llega a nuestros cines la adaptación live action de La Sirenita. Film dirigido por Rob Marshall y protagonizada por Halle Bailey, acompañada por Jonah Hauer-King, Javier Bardem, Melissa McCarthy, Daaved Diggs y Awkwafina.
La Sirenita sigue la historia de Ariel, una sirena adolescente e hija del rey Tritón, la cual está obsesionada con el mundo de la superficie. Una vez que conoce al príncipe Eric, Ariel dará todo para conseguir piernas y poder vivir con su príncipe azul.
Lo primero que podemos decir de la última película de Disney es que estamos ante un producto mediocre como la mayoría de las adaptaciones live action de los clásicos de la compañía. Lamentablemente, en este caso, el racismo se hizo notar y las redes sociales se llenaron de comentarios negativos sobre la elección de la actriz y, como era de esperarse la interpretación de Halle Bailey son de las mejores cosas de La Sirenita. Ella no solo actúa bien, sino que su voz es maravillosa, se nota que es una gran cantante. También nos sorprendió la química que tiene con Jonah Hauer-King, el actor que se pone en la piel del príncipe Eric. Ya que estamos hablando de actuaciones, quien termina dándolo todo es Melissa McCarthy en el papel de Úrsula, la villana de esta historia. Javier Bardem cumple, pero se nota que está actuando por inercia. Dicho esto, como se imaginarán, los puntos fuertes de La Sirenita son las actuaciones y los musicales, sobre todo lo demás…
Empecemos por los efectos CGI, en La Sirenita no cometieron el error de El Rey León donde los animales se ven ultra realistas y pierden el efecto ternura que nos da la animación, en esta película los animales son una mezcla entre lo real y lo animado. Digamos que esto sale bien hasta ahí, Disney aún no aprendió del efecto Sonic. Además, estos efectos CGI son irregulares, hay escenas marinas que se ven bien y otras escenas donde son desastrosas (pongo como ejemplo la batalla final contra Úrsula, la cual se ve horrible).
Si hablamos de mediocridades, La Sirenita, presenta la misma historia de la versión animada de 1989, pero extendida, teniendo una extensión de dos horas diez minutos que termina sintiéndose cansina. Los únicos cambios que hizo Disney en esta nueva versión son cambios étnicos y de sexo, lo cual no molesta in situ, el gran problema es que repetir esa misma historia en el siglo XXI parece una cargada de Disney. Voy a decirlo en criollo, cambiar la etnia de la protagonista es hipócrita sino se cambia el machismo inherente. Ariel deja todo por Eric, es sometida por su padre y todas las decisiones que toma son condicionadas por un hombre. No voy a extenderme más porque me sube la presión.
En fin, La Sirenita seguramente pase sin pena ni gloria y, aunque el mensaje sea románticamente nefasto, es preferible ver la versión animada antes que esta aberración. Solo se la recomiendo a personas fanáticas del amor romántico clásico o a niños y niñas de corta edad donde los vislumbra más lo visual que la historia en sí. Esperemos que Disney deje de tocar sus clásicos y se dedique a darnos nuevas historias y nuevos mensajes, porque con películas como Frozen demuestran que esto sí puede hacerse. Comentario final sobre la versión doblada en latino, Sebastián no habla con acento cubano, repito, Sebastián no habla con acento cubano.